Todo el que haya vivido un tiempo en Zaragoza sabe perfectamente que en esta ciudad existe una esquina lenta. Un lugar muy céntrico en el que la disposición de los edificios provoca una peculiar concentración del viento que casi impide caminar, que frena radicalmente los pasos del viandante, dando la impresión de que en ese pedazo de acera el tiempo se estira extraordinariamente, se roza la eternidad.

viernes, 17 de enero de 2020

Greguerías eróticas



Un día le dio por enseñarme su cuerpo desnudo. Y yo miraba su cuello y sólo veía peca, peca y peca. Y miraba su pecho y sólo veía peca, peca y peca. Y miraba su vientre y sólo veía peca, peca y peca. Y claro, yo, ante tanta insistencia, al final pequé.

Como es vegetariana, cuando voy con ella consumo helecho.

La luna llena es una desnudez de la naturaleza. 

Se diría que las mujeres, en la piel más blanca que queda bajo el biquini, van a tener otro sabor.

Un escote como una alcancía para las miradas.

En el espanto del orgasmo, es bueno tener a alguien a quien abrazarse.

En el avión, dormimos con mujeres desconocidas.

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