Todo el que haya vivido un tiempo en Zaragoza sabe perfectamente que en esta ciudad existe una esquina lenta. Un lugar muy céntrico en el que la disposición de los edificios provoca una peculiar concentración del viento que casi impide caminar, que frena radicalmente los pasos del viandante, dando la impresión de que en ese pedazo de acera el tiempo se estira extraordinariamente, se roza la eternidad.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Vignemale

Bajo el hielo del glaciar hay una figura antigua aquietada entre dos pasos. Toneladas de frío lograron aplacar su afán viajero y su hambre de cordilleras y hasta su rostro quedó convencido y pleno con la sonrisa del estoico. La cristalización alcanzó hasta lo más hondo, y es aquí donde se da la paradoja: que en el centro de su mente un pensamiento breve quedó paralizado (“lejos... más lejos...”) y su terca persistencia hoy empuja al glaciar ladera abajo.

(Ganador del III Premio Internacional de Relato Hiperbreve "Círculo Cultural Faroni" en 1995 con jurado presidido por Luis Landero; incluido en la  antología de microrrelatos Quince líneas, Tusquets, 1996; incluido en la antología de microrrelatos "Cuentos más largos que la vida" preparada por Ana Pérez Cañamares para la revista electrónica La Insignia, 2003).


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